“Jesus said to the Twelve, “Will you also go away?” Simon Peter answered him, “Lord, to whom shall we go? You have the words of eternal life; and we have believed, and have come to know, that you are the Holy One of God.” John 6:67-69.
“Everything that is done out of love acquires greatness and beauty.” St. JoseMaria Escriva.
Lord Jesus, the path of love is neither easy nor comfortable. It demands self-denial, self-giving and control of our passions. Save us from being selfish but rather that we may think of You and the others. Amen.
Domingo 25 de agosto de 2024
"Jesús dijo a los Doce: '¿También ustedes quieren dejarme?' Simón Pedro le respondió: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; y nosotros creemos, y sabemos, que tú eres el Santo de Dios". Juan 6:67-69.
"Todo lo que se hace por amor adquiere grandeza y belleza" San JoséMaría Escrivá.
Señor Jesús, el camino del amor no es fácil ni cómodo. Exige abnegación, entrega y control de nuestras pasiones. Sálvanos de ser egoístas, sino que podamos pensar en Ti y en los demás. Amén.
Homily for the 21st Sunday in Ordinary Times by Deacon Mike Betliskey
For those who recently graduated High School, you are now on your way to college or entering the workforce. You have already made the first tough life choice to pursue your dream and career, with many more life choices to come. We pray that you continue to walk with the Lord and seek the guidance of the Spirit in making wise life choices that fit God’s plan for you. The Spirit is a source of strength and reassurance. For seniors, you now are at the crossroads of choosing between going to college or entering the workforce. You have a major life decision to make. We are here to support you and pray that you allow the Spirit to show you the best path in pursuing your dream and career. We also pray that you continue to live for Jesus. These are not the everyday choices we make. What are we going to wear today, and what are we going to eat? What do we have to accomplish today? When can we find time to worship, express our gratitude, and pray to the Lord? These graduates and seniors have to make life choices, like the people in today’s Readings. In the First Reading, Joshua and the Jewish people had to make a difficult life decision about whether to follow and serve God or another idol from neighboring countries. Despite the temptation to worship and serve a false, worthless idol, they chose the one true God. For the Second Reading, when we hear a wife being submissive to her husband, we think the wife has no say in the marriage. Instead, Paul was trying to convey that both the wife and husband had to decide to remain faithful and give themselves entirely to each other and their Lord. With the conclusion of Saint John’s Bread of Life Discourse in the Gospel, the Lord confronted His disciples with a hard choice: whether to return to their old life or stay with Him. He demanded wholehearted commitment of faith. As a gift from God, this commitment involves loyalty and being at one with Him in response to His call. Choosing to live for the Lord is the easy part. But the tricky part is living out that commitment because there will always be the temptation to return to our old way of living. We rely on the Holy Spirit and the Eucharistic Lord to live out that commitment. Our human nature cannot understand, believe, and follow God’s way without the life-giving Spirit. He offers to live deep within each disciple who says yes by accepting Him to work in one’s life for radical transformation. He brings Jesus’ disciples into a relationship with God. The result of a relationship with the Father, through His Son, and in the power of His Spirit is eternal life in Heaven. With the foretaste of the Heavenly banquet, the Eucharistic Lord nourishes us with His body and blood so we can make the hard choice to become more like Him by loving others more and helping them to come closer to the Lord.
Homilía para el 21.º Domingo del Tiempo Ordinario by Deacon Mike Betliskey
Para aquellos que recientemente se graduaron de la escuela secundaria, ahora están en camino a la universidad o ingresando al mercado laboral. Ya tomaron la primera decisión difícil de la vida para perseguir su sueño y su carrera, y aún les quedan muchas más decisiones por tomar. Oramos para que continúen caminando con el Señor y busquen la guía del Espíritu para tomar decisiones de vida sabias que se ajusten al plan que Dios tiene para ustedes. El Espíritu es una fuente de fortaleza y tranquilidad. Para los estudiantes de último año, ahora se encuentran en la encrucijada de elegir entre ir a la universidad o ingresar al mercado laboral. Tienen que tomar una decisión importante en la vida. Estamos aquí para apoyarlos y orar para que permitan que el Espíritu les muestre el mejor camino para perseguir su sueño y su carrera. También oramos para que continúen viviendo para Jesús. Estas no son las decisiones que tomamos todos los días. ¿Qué nos vamos a poner hoy y qué vamos a comer? ¿Qué tenemos que lograr hoy? ¿Cuándo podemos encontrar tiempo para adorar, expresar nuestra gratitud y orar al Señor? Estos graduados y estudiantes de último año tienen que tomar decisiones de vida, como las personas de las lecturas de hoy. En la primera lectura, Josué y el pueblo judío tuvieron que tomar una difícil decisión de vida sobre si seguir y servir a Dios o a otro ídolo de los países vecinos. A pesar de la tentación de adorar y servir a un ídolo falso e inútil, eligieron al único Dios verdadero. En la segunda lectura, cuando escuchamos a una esposa siendo sumisa a su esposo, pensamos que la esposa no tiene voz ni voto en el matrimonio. En cambio, Pablo estaba tratando de transmitir que tanto la esposa como el esposo tenían que decidir permanecer fieles y entregarse por completo el uno al otro y a su Señor. Con la conclusión del discurso del Pan de Vida de San Juan en el Evangelio, el Señor confrontó a sus discípulos con una difícil elección: si regresar a su antigua vida o quedarse con Él. Exigió un compromiso de fe incondicional. Como regalo de Dios, este compromiso implica lealtad y estar en sintonía con Él en respuesta a su llamado. Elegir vivir para el Señor es la parte fácil. Pero lo complicado es vivir ese compromiso, porque siempre existirá la tentación de volver a nuestra antigua forma de vida. Confiamos en el Espíritu Santo y en el Señor Eucarístico para vivir ese compromiso. Nuestra naturaleza humana no puede comprender, creer y seguir el camino de Dios sin el Espíritu dador de vida. Él se ofrece a vivir en lo profundo de cada discípulo que dice sí al aceptarlo para que obre en su vida para lograr una transformación radical. Él lleva a los discípulos de Jesús a una relación con Dios. El resultado de una relación con el Padre, a través de Su Hijo, y en el poder de Su Espíritu, es la vida eterna en el Cielo. Con el anticipo del banquete celestial, el Señor Eucarístico nos nutre con Su cuerpo y Su sangre para que podamos tomar la difícil decisión de volvernos más como Él amando más a los demás y ayudándolos a acercarse al Señor.