Fr. Carlos Eduardo Villasano, who has ministered so gently and warmly to our community, has received word from the Vicars for Clergy that he will be receiving a new assignment to begin on September 1, 2020. He will remain with us throughout the summer. We are grateful for his service to the people of St. Joseph.
During his final month of August, we will have a chance to thank him and to celebrate his ministry with us. He supported so well the Cruzados, Prevención y Rescate, and Cristo en el Hogar. His preaching inspired many of you; his friendliness communicated the love of Christ; and his dedication to Monday evening adoration increased our devotion. There are a number of small, hidden actions that have helped our grounds be more beautiful, for example, the potted palms at either side of our church’s front doors and the trimming of the trees around the edges of the field. Fr. Carlos has been a symbol of kindness as he processed around town with the Blessed Sacrament at the beginning of the Covid-19 Crisis and as he socialized during food sales after Mass.
It will be difficult and sad to watch him move to the next step of his incardination process which requires a third assignment in the Archdiocese of Los Angeles. But we are grateful to have been blessed by his ministry, and we send him forth with our love.
El Padre Carlos Eduardo Villasano, quien ha ejercido su ministerio en nuestra comunidad tan dulce y calurosamente, ha sido informado por la Oficina de la Vicaría para el Clero que recibirá un nuevo nombramiento, principiando el primero de septiembre del 2020. Permanecerá con nosotros durante todo el verano. Le estamos muy agradecidos por su servicio a la comunidad de San José.
Durante su último mes, en agosto, tendremos la oportunidad de demostrarle nuestra gratitud y celebrar su ministerio con nosotros. Con mucho empeño, el Padre Carlos apoyó a los Cruzados, Prevención y Rescate, y Cristo en el Hogar. Su predicación inspiró a muchos de ustedes; su carácter amistoso comunicaba el amor de Cristo; y su dedicación a la Adoración de los lunes por la tarde aumentó nuestra devoción. Hay un número de sus actos pequeños y desapercibidos que han acentuado la belleza de nuestros jardines, por ejemplo, las palmas en las macetas a cada lado de las puertas de la iglesia y los árboles podados alrededor en las orillas del campo. El Padre Carlos ha sido un símbolo de bondad, como cuando guió la procesión por todo el pueblo con el Santísimo Sacramento al inicio de la crisis del Covid-19, y mientras alternaba con los feligreses en las ventas de comida después de las Misas.
Va a ser difícil y triste verlo marchar para dar el próximo paso del proceso de su incardinación que requiere un tercer nombramiento en laArquidiócesis de Los Ángeles. Pero estamos muy agradecidos de haber sido bendecidos con su ministerio y le damos la despedida con todo nuestro amor.