The Christmas Crib or Creche is one of the many treasures with which St. Francis of Assisi has blessed the Church.
Most Christmas crib sets depict the stable surmounted by a star with characters derived from the birth narratives of the Gospels. There are shepherds and Magi and angels; sheep, camels, a donkey, and a cow; Mary and Joseph; and the manger for a crib. The one character missing prior to December 25 is normally the infant Jesus.
At St. Joseph Church we will place the infant in the manger on Christmas Eve. Prior to that it will remain empty.
It is the empty crib that I invite you to reflect upon as we approach December 25. Imagine that the crib is your heart. What part of your heart needs Christ? What part of your heart longs for Christ? What concerns weighing on your heart await the healing arrival of Christ?
There are so many things that may be in our hearts. Perhaps, like me, there may be an emptiness left behind by the passing of a loved one. Or maybe there’s a pain that has resided in your heart since childhood. Or perhaps there is joy at the accomplishment of a child, or sadness at the poor judgment of a son or daughter. There are parts of our hearts that need to be illuminated by Christ, the Light of the World.
Take a moment in these upcoming days to wonder about your heart. Imagine it is like the crib of the creche, missing one very essential character. Explore those areas of your heart that appear to be empty and discover that in actuality they are being made ready to accept Christ’s arrival. Just as the Christmas crib awaits.
I wish you a very Merry Christmas as Christ comes to inhabit more and more of our hearts,
Monsignor Dick Martini
Estimados feligreses:
El Pesebre de Navidad o el Nacimiento es uno de los muchos tesoros con los que San Francisco de Asís ha bendecido a la Iglesia.
La mayoría de los nacimientos representan el establo coronado por una estrella con personajes tomados de las narraciones de el nacimiento de Cristo en los Evangelios. Hay pastores y magos y ángeles; ovejas, camellos, un burro y una vaca; María y José; y el pesebre por una cuna. El único personaje que falta antes del 25 de diciembre es normalmente el niño Jesús.
En la Iglesia de San José colocaremos al niño en el pesebre en Nochebuena. Antes de eso permanecerá vacío.
Es el pesebre vacío sobre el que los invito a reflexionar a medida que nos acercamos al 25 de diciembre. Imaginen que el pesebre es su corazón. ¿Qué parte de tu corazón necesita a Cristo? ¿Qué parte de tu corazón anhela a Cristo? ¿Qué preocupaciones que pesan en tu corazón esperan la llegada sanadora de Cristo?
Hay tantas cosas que pueden estar en nuestros corazones. Tal vez, como yo, puede haber un vacío dejado por el fallecimiento de un ser querido. O tal vez hay un dolor que ha residido en tu corazón desde la infancia. O tal vez hay alegría por el logro de un niño, o tristeza por el mal juicio de un hijo o una hija. Hay partes de nuestro corazón que necesitan ser iluminadas por Cristo, la Luz del Mundo.
Tómese un momento en estos próximos días para preguntarse acerca de su corazón. Imagina que es como el pesebre de el nacimiento, al que le falta un personaje muy esencial. Explore aquellas áreas de su corazón que parecen estar vacías y descubra que en realidad se están preparando para aceptar la llegada de Cristo. Así como espera el pesebre de Navidad.
Les deseo una muy Feliz Navidad ya que Cristo viene a habitar cada vez más en nuestros corazones,